La primera víctima de Yu Huaying fue su propio hijo, al que vendió a una familia por 5.000 yuanes.
Por Fabián Pizarro
Yu Huaying, de 61 años, fue ejecutada este viernes en Guiyang, capital de la provincia de Guizhou, en China, tras ser condenada a pena de muerte por el secuestro y venta de 17 menores entre 1993 y 2003, informó el Tribunal Intermedio de Guiyang a través de la red social WeChat.

La primera víctima de Yu Huaying fue su propio hijo, al que vendió a una familia por 5.000 yuanes. Aquello ocurrió en 1993 en la provincia de Guizhou, al suroeste de China. Durante los siguientes 10 años, Yu se dedicó a secuestrar niños. Luego, los vendía a otras familias o directamente a los orfanatos en un momento en el que el país asiático era el epicentro mundial de las adopciones internacionales.
El historial delictivo de Yu se remonta a 2004, cuando fue detenida en la provincia de Yunnan mientras cometía otro delito bajo la identidad falsa de Zhang Yun. En ese momento, fue condenada a ocho años de prisión, pero su pena fue reducida en tres años, permitiéndole recuperar la libertad en 2009.
El caso fue reabierto en 2022, gracias a la denuncia de Yang Niuhua, una víctima de tráfico infantil que logró localizar a su hermana biológica. Su testimonio fue clave para proporcionar nuevas pruebas que llevaron a la captura y procesamiento de Yu, considerada una de las mayores traficantes de menores de la región.
Yu Huaying fue sometida a un primer juicio el 18 de septiembre de 2023, donde se dictó la condena a muerte. Sin embargo, el Tribunal Popular Superior de Guizhou revisó el caso el 8 de enero de 2024 y determinó que algunos delitos adicionales no habían sido considerados.
Un nuevo juicio se llevó a cabo el 11 de octubre de 2024, en el que la fiscalía reafirmó la solicitud de la pena capital, argumentando la gravedad de los crímenes cometidos por Yu. La condena fue finalmente ratificada por el Tribunal Supremo, lo que llevó a la ejecución de la sentenciada este viernes.
Antes de ser ejecutada, Yu tuvo la oportunidad de reunirse con sus familiares, cumpliendo con la normativa vigente en China para los condenados a la pena capital.
Las investigaciones revelaron que Yu operaba en las provincias de Guizhou, Chongqing y Yunnan, donde secuestraba niños de familias en situación vulnerable para venderlos con fines de lucro. Su modus operandi consistía en ganarse la confianza de las víctimas y sus familias, o en algunos casos, utilizar la fuerza para llevarse a los menores.
El tráfico de menores en China es un problema de larga data, exacerbado por factores como la antigua política del hijo único y el desequilibrio de género. Según el Banco Mundial, en 2017 había un excedente de 42 millones de hombres en China, lo que contribuyó a la proliferación de redes de tráfico infantil y trata de mujeres. De acuerdo con datos oficiales, entre 2010 y 2019 se registraron 112.703 casos de tráfico de mujeres y menores en el país.
En los últimos años, las autoridades chinas intensificaron el uso de tecnologías avanzadas para resolver casos de tráfico de personas, incluyendo reconocimiento facial, pruebas de ADN y bases de datos nacionales de personas desaparecidas.
Gracias a estas herramientas, muchas víctimas lograron ser identificadas y reunidas con sus familias después de décadas de separación. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos advierten que el problema persiste y que la demanda por menores sigue siendo elevada, especialmente en comunidades rurales.
(Con información de EFE)
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