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La pintura china en clave de Paz

Fabián Pizarro Arcos

Si en Occidente la pintura fue considerada como una de las tres bellas artes, en China fue concebida como una manifestación independiente.


Por Belén Dorado Marín de Espinosa

Desde que los primeros habitantes del planeta habitaran las cuevas, las manifestaciones artísticas han sido una constante entre los seres humanos. La necesidad de cazar por parte de nuestros antepasados, se plasmó a través de imágenes que quedaron perpetuadas en las cuevas como los primeros ejemplos de arte que se conocen. Inmortalizando el entorno en las paredes rocosas de las cuevas, los individuos concedieron a la pintura un don similar al de los creadores, el de -traer a la vida la imagen pintada-. La presencia de la pintura a lo largo de las centurias se convirtió en algo común a todas las culturas del planeta, siendo su desarrollo y evolución lo que diferenció, y diferencia, a unas culturas o civilizaciones de otras. Si en Occidente la pintura fue considerada como una de las tres bellas artes, junto con la escultura y la arquitectura, en China fue concebida como una manifestación independiente, propia de los estimados letrados, y concebida como una de las llamadas Tres Artes por Excelencia, Sanjue 三绝, a saber -caligrafía, pintura y poesía-, cualidades propias del ser humano de bien, y de aquellos y aquellas que dominan el arte del pincel. Partiendo del presupuesto de que las diferencias culturales entre China y Occidente son un hecho, las manifestaciones artísticas, que beben directamente de las fuentes culturales y de las costumbres de los seres humanos, también diferirán, y de esta forma la concepción de las artes, las técnicas, así como todo el pensamiento en torno a la estética del arte chino debe comprenderse como un hecho sin precedentes en la cultura occidental, de la misma forma que ocurre a la inversa. Si Occidente bebe directamente de los pensamientos provenientes de Grecia y Roma, donde se gestó el ideal de ciudad y sociedad que conocemos en la actualidad, y de los valores de las culturas subsecuentes, los chinos poseen un bagaje cultural que los liga directamente con sus antepasados más ancestrales, aquellos que habitaron el Reino del Medio (nombre con el que los chinos designan a su nación) hace 5.000 años, cuando comenzó a gestarse la historia ininterrumpida de lo que hoy conocemos como China, Zhongguo 中国. Los valores extraídos de la Biblia, como documento más importante del Cristianismo, son fácilmente apreciables entre los individuos nacidos en Occidente, es algo que habita intrínsecamente en nuestro ser y algo que, al mismo tiempo, se convierten en seña de identidad cultural, independientemente de si profesamos o no esta religión. Estos valores, los extraídos de "La Biblia", al igual que el resto de grandes libros de las religiones que forman nuestro bagaje cultural como occidentales que somos, abogan por conceptos como la solidaridad, la fraternidad, la hermandad, la vida… y están en contra del sufrimiento, de la muerte y del castigo a los seres humanos. Son, por tanto, valores que merecen ser perpetuados para la historia, y que podemos contemplar en diferentes religiones y culturas a lo largo del planeta. Si hemos considerado las virtudes que poseen los “Grandes Libros”, debemos dedicar una especial atención a ciertos conceptos que, encontrados en "La Biblia", diferencian a la cultura occidental (entiéndase el término que venimos manejando, aquel relacionado con culturas que beben de "La Biblia" como principal documento), de la china; son los conceptos de bien/mal, cielo/ infierno, blanco/negro, como elementos opuestos o contrarios en el cual uno domina sobre el otro, y que se contemplan como una dualidad excluyente y no necesaria, como veremos más adelante que ocurre en el pensamiento chino.


Wu Zhen, Pescador, (1280-1354). 176,1x95,6 cm. 1342. Museo del Palacio Nacional, Taiwán.


Volviendo a esos valores que consideramos occidentales, debemos echar la vista atrás, a la Edad Media y a la construcción masiva de las catedrales por toda Europa. En esa, para algunos oscura época, para hacer llegar al pueblo las doctrinas extraídas de "La Biblia" se necesitaba de un vehículo más importante que la palabra, y lo encontraron en la imagen, lo que convirtió al arte en el medio más propicio para tal fin. Los primeros artistas del siglo X-XI reflejaron en las paredes de las iglesias los mandatos de "La Biblia" para comprensión de una población analfabeta, que lo primero que observaba antes de entrar al templo era el dintel, en el que la mayoría de veces el bien y el mal estaban perfecta y simbólicamente delimitados; mientras que en el cielo reinaba la paz, en el infierno los condenados se enfrentaban a las más cruentas torturas que, con la mayor verosimilitud, los artistas se encargaron de inmortalizar. Son éstas representaciones que, en lugar de recurrir a elementos pacíficos con el fin de educar a la población, optaron por plasmar la cara más oscura del ser humano, el sufrimiento, el dolor, la sangre, la batalla y la muerte, para educar en lo que no se debía hacer, en las consecuencias del pecado, y en el castigo para futuras vidas si no se cumplían los mandatos divinos. Tendremos que esperar hasta el siglo XIX para que el artista europeo comience a liberar a la pintura de paisaje, que hasta ese entonces servía como telón de fondo y como mero decorado de los personajes allí representados. Fue ésta una época en la que el ser humano fue considerado el centro del mundo, algo que luego corroborarán los pensadores del Renacimiento, y fruto de este pensamiento la pintura supeditó la naturaleza a la figura humana, y la ubicó en un segundo plano, quedando la naturaleza, por tanto, relegada a un mero decorado. Cuando el individuo se percata de la inmensidad y grandiosidad de lo que le rodea, de las montañas, ríos, bosques… se abre un nuevo capítulo en la historia, no sólo de la pintura sino también de la mente humana y de su raciocinio. A partir de ese momento los pintores abandonan el sentido tradicional de la pintura y comienzan a plasmar la belleza de la naturaleza, llegando a crear un nuevo género pictórico, -la pintura de paisaje-, hecho que no ocurrió hasta hace apenas dos siglos y que nunca llegó a ser por entero un género fiel a la realidad, sino un amera interpretación desde la razón. Si esto sucedió en Occidente, del otro lado del mundo, en China, las cosas se dieron de diferente manera. Los chinos, como pueblo tradicionalmente agrícola, han sentido una gran ligazón con el entorno, con la tierra y, como buenos campesinos han estado en contacto con los elementos que les rodean, observándolos y percatándose de sus cambios. El pensamiento chino bebe directamente de fuentes ancestrales, como el Yijing 已经, conocido en Occidente como Libro de los Cambios, el libro más antiguo que se conoce y que basa todo su contenido en las mutaciones de los elementos que existen, fruto de un exhaustivo estudio y observación de lo que nos rodea, donde a cada elemento le corresponde un color, un punto cardinal y una cualidad, reflejada en los llamados “Hexagramas”. Este tipo de pensamientos, más acordes con nociones de armonía y equilibrio, marcaron el posterior desarrollo de todo el pensamiento filosófico chino, en las que serían llamadas las Cien Escuelas de Pensamiento (Bai Jia 白家), nombre dado a raíz del gran número de escuelas que florecieron. Las Cien Escuelas de Pensamiento constituyeron la base moral y filosófica del pueblo chino y, como base moral claramente arraigada en el pensamiento de un pueblo, llegó a convertirse en la base de la propia cultura. Surgidas en la conocida como “Época de Primaveras y Otoños” (Chunqiu 春秋), en el periodo de la China Clásica, de las Cien Escuelas de Pensamiento destacan tres, las más populares: Confucianismo, Moísmo y Taoísmo que se constituyeron como la base moral de los chinos. Como escuelas de pensamiento comparten la misma finalidad: debatir y argumentar acerca de la concepción del ser humano, sus pensamientos y modos de vida en sociedad. El Confucianismo, que debe su nombre al Maestro Kong o Confucio 孔子 (551-479 a.n.e.), y que podemos traducir como Escuela de los Letrados, podríamos integrarlo en lo que denominamos el “Pensamiento Social”, que abarca a su vez al Moísmo y Legismo, y que convive con el “Pensamiento Individual”, comprendido por el Taoísmo y el Budismo. El Confucianismo tiene como documento clave las llamadas Analectas, los dichos de Confucio compilados por sus discípulos, en los que aboga por el estudio de los antiguos como el mejor método para lograr ser experto en cualquier cosa. Son muchas las aportaciones del Maestro al Pensamiento Chino, pero para lo que nos ocupa en este momento diremos que para Confucio más importante que el propio aprendizaje fue el respeto, lo que él dio en llamar la Piedad Filial, como se recoge en las Analectas 论语:


Zhang Zeduan "Escena del lado del río en la Fiesta Qing Ming", tinta sobre seda. 25.5 x 525 cm. Museo del Palacio Imperial de Beijing.


El Maestro dijo: un joven debe ser respetuoso, en casa hacia sus padres, en la sociedad hacia los mayores. Debe ser serio y digno de confianza. Su simpatía se extiende a todos los hombre, privilegiando empero a quienes practican la virtud de la humanidad. Y si le sobra tiempo, puede dedicarse a aprender la cultura (1) Para Confucio, la persona que cultiva la Piedad Filial está en condiciones de ser un Junzi 君子 (Hombre de Bien, Caballero), aquel que estando en el camino correcto no se separa de él en ningún momento. Esta persona es fuerte en sus decisiones y firme en sus actos. La piedad filial deberá aplicarse a todas las esferas de la sociedad. El soberano, según el Maestro Kong, es el primero que debe practicar la Piedad Filial, primero en casa y luego con el pueblo. Si un buen gobernante, y dedica un capítulo de las Analectas al gobierno, no lleva a la práctica la Piedad Filial en su casa nunca podrá gobernar un pueblo, porque la nación es la casa de todos y todas, y debe ser regida de la misma manera que lo haríamos nosotros con nuestras familias. Al considerar los Ritos como un elemento de socialización, de ligazón de los seres humanos con la madre tierra, mediante los antepasados, el pensamiento de Confucio se relaciona con la naturaleza; Confucio desarrolló y creyó en lo natural que hay en el ser humano. Otros de los puntos relevantes del pensamiento del Maestro es la importancia de recordar e imitar a los antiguos, ya que en la antigüedad se encuentran las respuestas a las preguntas del presente. Este último punto, como veremos más adelante, influirá de manera decisiva en los pintores y en la necesidad de copiar las obras de los maestros del pasado. La postura del Maestro en el pensamiento chino lo convierte en precursor de unas ideas que más tarde serán retomadas por diversas escuelas y que estarán entre las obras consideradas como el Canon del Pensamiento Chino. Como buen idealista quiso cambiar la situación política de su país, y dedicó toda su vida para lograrlo. El Maestro supo ver en el ser humano y apostó por él para intentar dar un sentido coherente a la sociedad de su época, sacudida por un momento de gran inestabilidad. Mencio 孟子, el segundo de los integrantes de las Escuelas de Pensamiento Chino, y seguidor de Confucio, creía firmemente que la naturaleza del ser humano es buena, porque posee una moralidad interior que lo hace ser bueno, y dice: La naturaleza humana es buena igual que el agua fluye hacia abajo. No hay hombre sin bondad, igual que no hay agua que no fluya hacia abajo.(2) Como vemos, ambos pensadores, Confucio y Mencio, creen en la necesidad de que el ser humano sea natural, y apuestan por la bondad de su naturaleza. ​



Huang Gongwang, 1269-1354. "Duelo en las Montañas Fuchun", Museo del Palacio Nacional de Taiwán.


La siguiente escuela de Pensamiento, el Moísmo, debe su nombre al Maestro Mo (Mozi 墨子), segundo integrante del Pensamiento Social, que venimos desarrollando. Pese a que en la época del Maestro Mo, como en la de los anteriores pensadores, el país se encontraba dividido por continuas guerras, el Maestro fue defensor de los valores de la Paz, y precursor de los estudios para la Paz, al considerar que las guerras privan a la gente de sus oportunidades y beneficios. Cuando la guerra ocurre en primavera, los privará (a los campesinos) de la oportunidad de sembrar y plantar; y si esto ocurre (la guerra) en otoño, privará a ellos de la oportunidad de cosechar y recolectar. (3) El Amor Universal, que según el Maestro es lo que debe mover el mundo, hacen de Mozi una figura de gran relevancia en la historia de la humanidad. Este pensamiento del Maestro lo convierte en el primer pacifista de la historia. Si esto ocurre con el Moísmo, la tercera Escuela de Pensamiento que vamos a tratar, el Taoísmo (Daoísmo), tiene a Laozi 老子a la cabeza, seguido del Maestro Zhuang 庄子. El Viejo Maestro, traducción de Laozi 老子, es conocido por su canon “Libro del Camino y de la Virtud” (Dao de Jing 道德经), texto escrito en una de las épocas más bélicas de la Historia de China, la llamada época de los “Reinos Combatientes” (403-221 a.n.e.), o puede ser que el texto fuese escrito en la época de “Primaveras y Otoños”, y que no se diese a conocer hasta la siguiente época. (4) Para Laozi lo más importante es la búsqueda del Tao (Dao道), que lo relaciona directamente con el origen el ser humano, y con la relación de éste con lo que le rodea, con el entorno, es decir, con la naturaleza. El Dao deriva de la generalización perspicaz de la vida humana, sociedad, política y ontología, mientras el De es la revelación y expansión del Dao, la aplicación del Dao para guiar la vida social, política y humana. (5) El Tao es el origen, es el desarrollo de la vida, y el curso de todas las cosas. No podemos ir contrarios al Tao, de la misma forma que no podemos ir contra la corriente, como dirá el Maestro Zhuang. Para el Tao no existen los opuestos que se repelen, sino los que se necesitan, de ahí los conceptos de Yin y Yang 阴阳. El Tao (Dao 道) basa muchos de sus pensamientos en el Yi Jing 易经, “Libro de los Cambios”, ya que considera que todo está en continuo cambio, que todos los objetos y elementos tienen vida y que lo que es en este momento no es nada si no se relaciona con el otro. En este sentido Lao Zi comienza una serie de disertaciones acerca del significado de las palabras en relación a su contrario, que no opuesto. ​

天下皆知美之为美,新恶己; 皆知善之为善,新不善己 es porque cada uno bajo el Cielo reconoce la belleza como belleza, que la idea de fealdad existe. E igualmente si cada uno reconoce la bondad como bondad, este mundo merece crear la fresca concepción de maldad (Cap.II). Así, el Tao nos habla del origen del ser humano y su relación con el resto de elementos de la naturaleza; la noción de la sociedad y la concreción del concepto de sociedad ideal, donde la política en sentido genérico y la ontología como elemento, marcan la ubicación de los seres humanos en el mundo. 有物混成,无天地生。 寂兮寥兮, 独立而不改, 周行而不殆, 可以为天地母。 吾不知其名, 强为之日


Hay una cosa confusamente formada, anterior al cielo y a la tierra. ¡Sin sonido, sin forma! De nada depende y permanece inalterada, Se la puede considerar el origen del mundo, Yo no conozco su nombre, La denomino dao (cap.XXV) Para Laozi el ser humano debe desarrollarse naturalmente ya que, cuando las leyes naturales se rompen, se cohibe a los individuos y por consecuencia a su desarrollo. Algo muy importante en Laozi es el concepto de Wu-wei 无为, la No Acción, concepto por la cual se pretende que los individuos no forcemos los acontecimientos dictados de forma natural. Todo actuar en contra del ritmo natural de las cosas es ir contra natura, por lo tanto debemos practicar el Wu-wei, no actuar, no acción, mediante el cual los actos de los individuos estarán más acordes a su propia naturaleza de seres humanos. El Wu Wei será entendido por Lao Zi y por Zhuang Zi, pero mientras para el primero es ese estado de no actuar en contra del ritmo natural de las cosas, en Zhuang Zi será visto como el procedimiento por el cual uno se libera de todo condicionamiento previo y percibe las cosas de nuevo para alcanzar la libertad individual. La creencia de Laozi en el ser humano se remonta al origen de éste, a ese estado en el que el individuo convivía con la naturaleza, alcanzando de esta forma la armonía completa. Decía Laozi: el que por Dao se proponga ayudar a gobernar a los hombres, deberá oponerse a toda conquista por la fuerza de las armas (…) donde acamparon las tropas sólo pueden nacer espinas y zarzas, y tras los ejércitos, vienen años de miseria (6) Como vemos, la postura de Laozi en esta temprana época de la historia se asemeja a la figura de muchos activistas de la paz en épocas recientes, quienes comparten idénticos planteamientos respecto a las guerras, lo que convierte al Dao en un concepto de gran actualidad. El siguiente integrante de la Escuela del Dao, es el Maestro Zhuang (369-286 a.n.e.), conocido por la obra del mismo nombre que legó a la historia. Zhuang Zi fue contrario al sistema que regían las sociedades y desdeña cualquier elemento que pudiese estar relacionado con esta. Sus ideas giran en torno al concepto de Wu Wei que es recuperado del pensamiento de Lao Zi, la relatividad de las cosas y el conocimiento.



Mi Fu, 1051–1107, "Montañas y Ríos", Museo del Palacio Nacional, Taiwán.


En Zhuang Zi lo principal es que el individuo debe volver al origen (éste es uno de los preceptos del Dao en Zhuang Zi), es decir a la naturaleza original, para desprenderse de todo condicionamiento y poder aprender a ver las cosas como son, tal y como se presentan en el entorno, y no como las hemos entendido, desde un punto de vista cultural y social. Este curso natural de las cosas es el Wu Wei que literalmente significa –dejar que las cosas sigan su curso natural, inacción–. En la obra que nos legó este maestro, el Zhuangzi podemos ver que, junto con el desarrollo de lo que considera Dao道 y la relatividad de las cosas, el tercero de sus presupuestos es la libertad del individuo. Por vez primera en la historia del pensamiento chino el individuo encuentra que su libertad es digna de ser vivida. La libertad en Zhuang Zi es ese estado al que llega el ser supremo o superior, tras estar en consonancia con todo lo que nos rodea. El individuo, en este estado de libertad absoluta, se reencuentra a sí mismo como un elemento más, y a partir de ahí comienza a cultivarse en armonía con lo que le rodea. Con la idea planteada en el Zhuangzi, y eliminando todo condicionamiento anterior, la mente vaciará todo aquello heredado de la sociedad para adentrarse en el reconocimiento de las cosas. De la misma manera que reconoceremos la Paz debemos reconocernos a nosotros y esto, en Zhuang Zi, debe ser visto como uno de los primeros pensamientos relacionados con la libertad mental, y por tanto individual. A pensamientos como el de Zhuang Zi debemos la recuperación de los valores de la Paz en la historia. ​


Álbum de poemas y paisajes Shitao (1642-1718) Dinastía Qing. En esta cuarta pintura el poema dice: En los años recientes, mis pasos raramente han entrado en el mundo de los hombres. La mitad del tiempo lo he pasado en chozas de la montaña, la otra mitad en pueblos costeros. Cuando mi pequeño refugio está cerca de un arroyo, el verano se aleja temprano, aún en un día soleado, la niebla me hace sentir el frío bajo la ropa.



汝游心于淡,合气于漠,顺物自然而无容私焉,而天下治矣 deja tu mente vagar en la pura naturaleza, permanece inactivo, sigue el curso natural de los eventos, y deja tu voluntad personal a un lado. De esta manera el mundo será gobernado (7) La perfección de la mente, como dice Zhuangzi, es el procedimiento por el cual el ser humano alcanza la liberación y es capaz de ver las cosas como son, sin ningún condicionamiento cultural, social o religioso, aspecto que será clave entre los pintores chinos, como veremos más adelante. Para Zhuangzi, los actos de los seres humanos están alentados por las leyes y los condicionamientos. Los individuos están aferrados a las leyes, lo que los convierte en seres sociales, pero estas leyes limitan su capacidad creadora, el cultivo de su propio espíritu. Este cultivo se obtiene mediante la liberación de la mente; vaciando la mente de condicionantes podemos encontrarnos con nuestros espíritu tal y como es, es decir, nos encontraremos a nosotros mismos como seres naturales. Para los Taoístas, la persona que alcanza el Dao se encuentra en perfecto equilibrio con el resto de elementos de la naturaleza, y en este estado superior ya no le afectan las enfermedades ni la muerte. La pintura, nacida de la propia naturaleza y desarrollada por el ser humano, está dotada de cualidades esenciales para el cultivo y para el desarrollo del individuo. Los pensadores chinos, tanto taoístas, moístas como confucianistas, contribuyeron en gran medida al establecimiento de los cánones de la pintura china, considerada desde tiempos inmemoriales como una categoría del intelecto y de gran estima entre los eruditos chinos, al igual que la caligrafía y la poesía. La pintura, como manifestación artística basada en la imagen, confecciona un corpus simbólico característico de cada cultura. Dotada y desarrollada bajo las alas del pensamiento cultural e intelectual de cada pueblo y codificada simbólicamente, la comprensión de una imagen requiere, indiscutiblemente, del conocimiento de aspectos que, relativos a las culturas, se convierten en elementos de gran importancia en el proceso de socialización y educación de los pueblos. Los símbolos encontrados en la pintura, como imágenes codificadas que proceden del pensamiento, comunican al espectador los deseos del pintor y sus propias sensaciones, por lo que el buen o mal uso de éstos puede llevar a unos u otros resultados. Viendo los potenciales de la imagen como portadora de ideas, el pintor adquiere un elevado puesto al servicio de la sociedad, ya que son sus imágenes las que educarán al pueblo, las que lo instruirán en los deberes morales, sociales e intelectuales de la comunidad. Esta importancia que se le concede a la imagen en todas las culturas, es vista en China como una de las manifestaciones más completas de las desarrolladas por el ser humano. Ya en el siglo XII el pintor chino Han Zhuo 韩拙, en su obra Shanshui Chun quan ji 山水純全 集, (Obras completas bien versadas de montaña y río) dijo de ella: La tradición dice que; la pintura perfecciona la cultura, ayuda en las obligaciones morales, investiga en las divinas permutaciones (…) tiene los mismos méritos que cada uno de los seis clásicos y está en armonía con el pasaje de las cuatro estaciones. Esto surge de la naturaleza, y no fue creado por el hombre. (8) Esta consideración tan elevada de la pintura la coloca a la altura de las grandes manifestaciones humanas, y la convierte en un actividad propia de los letrados. En este proceso de creación pictórico podemos diferenciar tres etapas, de la misma manera que basándonos en la temática de estos cuadros podemos establecer dos corrientes: las pinturas confucianas educativas en clave social y las pinturas taoístas destinadas al cultivo del individuo. La primera etapa de la pintura se relaciona con el pensamiento original, con los elementos, con el Yijing, los contrarios (pinturas con contrastes de claridad oscuridad, luz/sombra, yin-yang…) y la armonía de todo con todo. Así podemos ver que existen pinturas Yin y Pinturas Yang, dominadas por la claridad y la sombra, el papel y la tinta… es decir, elementos Yin y elementos Yang respectivamente. La segunda etapa de la pintura se desarrolla en torno al método y bebe directamente de fuentes confucianas, que consideraban a las artes como necesarias para desarrollar la moral de las gentes y el cultivo de la mente. El método se convierte en clave esencial del pensamiento confuciano. Confucio abogaba por la necesidad imperante de copiar a los maestros para aprender el método más correcto. Sólo podemos aprender a partir de la copia:学面时习之,不亦悦乎? El Maestro dijo: aprender algo para poder vivirlo en todo momento. ¿Acaso no es fuente de gran gozo? (9). El aprendizaje del que nos habla el Maestro vale para toda la vida y no debe esperar recompensa alguna, sino que debe ser comprendido como un ejercicio para cultivar la mente y el individuo. Para Confucio la pintura y el pensamiento deben ir de la mano, no podemos concebir uno sin el otro. Pero si la primera noción de Confucio respecto a la pintura estriba en la relación entre esta manifestación y la necesidad de aprender el método de los maestros de la antigüedad, y la segunda abogaba por la necesidad de aunar pintura y pensamiento, la tercera noción se refiere a la necesidad del trabajo preliminar. Este punto está relacionada con la noción del dominio del espacio en la pintura y la caligrafía china, que antecede a la ejecución de la obra, así como a un exhaustivo autocontrol en el manejo del pincel, que no permite correcciones en ningún caso. 工欲善其事,必先利其器 un artesano, si su intención es hacer un buen trabajo, debe primero afilar sus herramientas (10). Ya veremos como la Escuela del Dao insuflará a la pintura de otro aspecto importante: la liberación del método a través del olvido y posterior aprendizaje. La tercera etapa del acto creativo y la segunda de las temáticas de la pintura china bebe del pensamiento de la escuela del Dao Ahora los Sabios para significar su espíritu ejemplifican el Tao y el inteligente comulga con esto, pero las montañas y aguas con sus formas acrecentan la belleza del Tao para que aquellos que tengan Amor puedan tener regocijo en esto- ¿No están (esas dos cosas) muy cercanas una de otra?. (11) Con el Confucianismo 儒家 el pintor aprenderá el método y alcanzará una técnica apropiada. Será la Escuela del Dao 道家 la más propicia para esos artistas, que ven la necesidad de romper con el método como una liberación de los condicionamientos sociales, facilitando la apertura de la mente a las posibilidades de su propio interior, para crear una naturaleza pictórica acorde a sus propios sentimientos y necesidades. Los pintores que renuncian a los dictados de la sociedad encuentran en los elementos naturales el cobijo que anhelaron en las ciudades. Se dedican a plasmar visualmente su propia realidad del mundo, basada en la naturaleza y en lo que se observa de ella, para crear un corpus individual como vehículo en el proceso de alcanzar el elixir de la Escuela del Dao, la inmortalidad, y como mecanismo curativo del individuo, de las dolencias internas que la sociedad no puede subsanar. Tras este periodo viene el desprenderse de todo aquello que no sea imprescindible para poder extraer el Qi 气, la energía de lo representado, y no su mera representación física. Aquí radica la noción de vacío, tan importante en la pintura china, concepto que, desarrollado más ampliamente por Lao Zi, se convierte en uno de los elementos más relevantes de las manifestaciones chinas. Para la mentalidad china la finalidad de la pintura no es reflejar la realidad de cada uno de los aspectos de las cosas sino que, proveniente del pensamiento original, se trata de comprender la realidad del objeto para una vez asimilado en la mente como lo que realmente es, podamos plasmarlo en el papel de la manera más sencilla posible, sin artificio. Lo bello se representa con pocos elementos, y la mutabilidad de las cosas, de las nubes, ríos… debe contemplarse en la pintura. El olvido del método se convierte de está forma en el medio imprescindible para ser un buen pintor, y es el procedimiento más difícil para los artistas. Olvidarnos de todo lo que conocemos de la manera que lo conocemos, para acercarnos a las cosas como si fuese la primera vez que las contemplamos, como las veríamos a través de los ojos de los más pequeños, de los niños y niñas que apenas están descubriendo las cosas que los rodean. A este respecto, podemos citar la anécdota que aparece en el Zhuangzi (Cap. 15), en el cual el maestro nos cuenta: Chui, el artesano podía dibujar un círculo mejor que quien usa el compás porque sus dedos se movían con el dibujo tan diestramente que él no tenía que fijar su atención en esto. Tú olvidas tus pies porque tus zapatos son aptos; olvidas tu cintura porque tu faja es apta; olvidas lo correcto y lo incorrecto porque tienes tu corazón relajado (natural); nunca cambias tu mente para seguir a otros porque estás acorde con el mundo exterior Como vemos, el oficio de pintor en China requiere de diferentes mecanismos que convierten a está disciplina en un modo de vida, y que la hace estar ligada al entorno, a la naturaleza y que carece de elementos violentos para representar lo que les rodea. Los pintores chinos, habitaron las montañas como ermitaños para conocer el secreto que se escondía tras cada uno de los movimientos de la naturaleza, para comprender como se desarrollan los elementos, como se transforma y mutan en otros, y de como el ser humano ante está inmensidad se ve totalmente reducido a una mínima parte, en comparación con la grandeza de lo que le rodea. En este momento el pintor está en condiciones de afrontar una pintura, que de seguro ahondará en los aspectos del entorno. El comprender que el papel que ocupa el ser humano ante la naturaleza y el dotarla de un lugar privilegiado dentro de la escena pictórica convierte a los pintores chinos en adelantados a los pintores europeos, quienes tuvieron que esperar muchos siglos para devolver a la naturaleza el papel que le corresponde, y no solo como mero decorado de la escena que se desarrolla en primer plano. Hemos visto las tres etapas en la formación del pintor chino, la primera relacionada con el bagaje cultura del pensamiento original, la segunda con la asimilación del método y el aprendizaje de las técnicas a través de la copia de los maestros, lo que podría relacionarse con un pensamiento de clara corte confuciana, y la tercera aquella en la que el pintor, una vez adquirido el método, decide abandonarlo y liberar su mente, creando un método propio, para lo que vuelve al origen, a la naturaleza, para recuperar el sentido de las cosas y verlas tal y como son. ​La pintura, entendida como un acto cultural gestado en la sociedad, en China es comprendida como un elemento que acompaña la vida diaria de los chinos. Las pinturas expuestas en las casas deben ser cambiadas cada cierto tiempo, dependiendo del estado de ánimo del propietario. En este sentido, la pintura se convierte en un ritual social (en el sentido de Li 礼 confuciano) cuando ya ha sido confeccionada y es expuesta a los ojos de la gente. En este momento pasa a convertirse en un producto de la sociedad, del pueblo y de sus gentes.​


Shen Zhou, 1427-1509, "Excursión en primavera", Museo de Arte de Hong Kong.


En un sentido más taoísta del término, el acto de pintar debe ser visto como un ritual individual del pintor, entendido como ése estado de comunión con lo que le rodea, cuando es capaz de abstraer su mente, liberarla y encontrar la propia esencia de las cosas, el Qi . En este procedimiento el pintor es uno más con la energía cósmica y esto lo plasma en el papel, con la intención de que el espectador pueda captar todo aquello que inspiró al pintor, para que pueda sentir la esencia de las montañas ahí representadas y no su mera apariencia, para que pueda oler, sentir y ver lo que el protagonista de la obra siente. Los pintores chinos no sienten deseo por representar la cruda realidad que contemplan, como una mera fotografía, sino que crean una naturaleza adaptada a sus necesidades sentimentales, en las cuales el equilibrio y la armonía posibilitarán estados de paz, y eso lo plasman en la pintura. Con todo, la pintura china se convierte en un elemento para estar bien con uno mismo, en un medio de tranquilizar al espíritu para alcanzar la felicidad, que se refleja en el sosiego, a diferencia de la vitalidad y el frenesí de las culturas occidentales. Plasmar elementos violentos, como guerras, batallas, decapitados o mutilados, como vemos en las pinturas europeas, no es algo que necesiten los pintores chinos, ya que todo eso provocaría estados de desarmonía y desequilibrio, impropio de la finalidad de la pintura. Para el pintor chino, la pintura es un medio de liberación de la realidad que le rodea, una liberación del espíritu. Esta liberación se transfiere a la pintura para que el espectador pueda sentir las emociones y sentimientos ahí representados. Sentimientos que provienen de la tierra y que ligan a los seres humanos con su origen primero, la Tierra. El mundo que aparece tras una pintura china refleja estados de ánimos pacíficos, tranquilos, de calma y de bienestar que convierten a las pinturas chinas en auténticos medios de relajación para quien tenga el privilegio de poseerlas o contemplarlas. De ahí que la fama de los pintores chinos dependa en gran medida de sus capacidades para plasmar los sentimientos de la naturaleza, más que su mera apariencia física. ​La no utilización de elementos violentos en las pinturas convierte a está manifestación artística en un medio idóneo para educar en clave de paz, y hacer del arte la representación de aquello que a simple vista el común de nosotros y nosotras no podemos contemplar, y que los artistas chinos, dotados del don propio para ello, supieron captar. Es un arte por y para lo sentidos, primero para el cultivo interior de los pintores y luego para extrapolarlo al espectador y a su propio estado de ánimo.


(1) Confucio Lun Yu, I-IV (2) Mengzi, VI A2, siguiendo la cita de Anne Cheng, pag. 149 ​(3) Mozi, V 2, Condemantion of Offensive War II, en “An Intellectual History of China”, pag. 37 (4) En el año 1.973 se descubrieron en unas tumbas del periodo Han 汉代 (206-220), unos textos queparecen estar más cercanos al texto original del maestro, el Dao de Jing 道德经。 En la obra de Han Fei 韩非 Exposition on Lao Zi and understanding of Lao Zi in Stories se recoge que el Dao De Jing 道德经 en un principio estaba dividido en dos partes en las que la primera estaba dedicada al De 德 (la virtúd) y la segunda al Dao 道 (el camino). Posteriormente en la dinastía Han 汉代, el Dao De Jing 道德经 fue dividido en capítulos para una mayor comprensión del texto. Actualmente el Dao De Jing 道德经 posee 81 capítulos con alrededor de 54,000 palabras. Según se cuenta también en el Shi Ji 史记, Memorias Históricas, que el maestro decidió abandonar este mundo debido a los conflictos sucesivos, a las guerras y al declive de los humanos. En este viaje, Lao Zi 老子 (o Lao Dan 老聃 como se recoge en el Shi Ji 史记) tuvo que cruzar el paso fronterizo de Hangu 函谷 donde estaba el guardián Yin Xi 尹喜 quien le pidió que escribiese para él un libro antes de irse a la otra vida. En este momento Lao Zi 老子 escribió su libro que quedó en la historia como ejemplo de los pensamientos que más tarde se bautizaría con el nombre de Dao Jia 道家, Escuela del Dao. ​(5) Laozi 老子. Walley, A. (trad.) (1999), op.cit., Pág.37 (6) Laozi, DaodeJing, Cap.30 (7) Zuangzi 庄子, op.cit., Cap. 7 ​(8) Ho Cheng o Han Zhuo 韩拙 en el prefacio de la obra de Jung Maeda, R. (1969), Two Sungs Texts on Chinese Painting and the Landscape style of the 11th-12th century, Thesis presented to the Department of Fine Arts, Harvard University, Cambridge, Massachssetts. ​(9) Lun Yu 论语, Analects (I-I), (1997) op.cit., ​(10) Lun Yu 论语, op.cit., 15.9 ​(11) Acker, William R.B. (1974), Some Tang and Pretang Texts on Chinese Painting, siguiendo la obra de Chang, Yen-Yuan, fl.847-874, Edt. E.J. Brill, Leiden, Netherland, V.II, (Part I and II), Pág.116.


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