Por Martín Rafael López, Centro de Estudios Chinos de la Universidad Nacional de La Plata (Cechino-UNLP).
El Objetivo para el Desarrollo Sostenible 7 (ODS7) de la Organización de Naciones Unidas apuesta por garantizar el acceso a una energía asequible y no contaminante para toda la humanidad. Para tal fin, muchos Gobiernos alrededor del mundo han formulado políticas que incentivan a sus empresas y conglomerados a profundizar sus investigaciones en innovación y desarrollo, con el objetivo de lograr una eficiente conversión de energía que permita evitar la producción de dióxido de carbono y otros contaminantes.
Ambicioso plan de China
Actualmente, la República Popular China es el mayor productor de hidrógeno del mundo. Con una producción anual estimada en alrededor de 34 millones de toneladas (lo que equivale a casi un tercio de la demanda mundial), el potencial del país asiático resulta atractivo y sumamente prometedor.
En consonancia con el ODS7 y en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas del año 2020 (celebrada peculiarmente bajo la modalidad virtual debido a la pandemia de COVID-19) el presidente chino, Xi Jinping, anunció el objetivo del país de alcanzar una neutralidad de carbono para 2060.
Este ambicioso plan del Gobierno chino consiste en instrumentar los medios para que las cantidades de emisiones no superen las que se absorberán por los sumideros (depósitos naturales como bosques y océanos que capturan el CO2 y reducen su presencia en el aire). De esta forma, el liderazgo chino pretende alcanzar un balance que resulte en un impacto cero o neutro para el medioambiente.
La creación de energía limpia a partir del uso de átomos de hidrógeno es eficiente dado que este tipo de elemento es abundante, ligero y simple. Asimismo, tras su conversión, genera como único residuo agua. Sin embargo, este tipo de gas no se extrae por sí mismo y, por lo tanto, no existen yacimientos. El mismo se obtiene a partir de compuestos como los hidrocarburos y del agua, la biomasa, la energía nuclear y las energías renovables.
Este último punto no es un dato menor y, de hecho, podría generar un diferencial respecto a la capacidad y rentabilidad que obtengan los Estados al profundizar su producción. En este sentido, el desafío actual consiste en impulsar la transición gradual desde el hidrógeno gris (obtenido de fuentes fósiles) hacia el hidrógeno verde, generado a partir de energías renovables y la electrolisis.
La obtención de hidrógeno a partir de esta última técnica consiste en la separación del agua en sus componentes (hidrógeno y oxígeno) por medio de una corriente eléctrica. Este proceso es aún elaborado en un porcentaje debido a ciertas limitaciones técnicas que son investigadas para ser superadas de cara a una producción más económica y masiva.
Según los datos recopilados por el centro de investigación de la consultora BloombergNEF, China podría liderar el mercado de hidrógeno al tener la ventaja comparativa de llevar adelante el proceso de conversión de forma más económica. Según sus estimaciones, el país cuenta con la capacidad para fabricar electrolizadores a un tercio del costo del que son producidos en Estados Unidos u otros países de Europa.
Un caso que América Latina debe seguir
La República Popular China cuenta con múltiples e importantes antecedentes y planes de desarrollo estratégico para la promoción de la economía verde que resultan un insumo y un interesante caso destacado para la formulación de modelos de desarrollo propios para América Latina.
Al respecto, en el sector automotriz trascendieron acuerdos como los del fabricante chino de automóviles Haima Automobile con Toyota Motor (China) Investment, que apuesta por invertir en la producción de 200 vehículos de prueba para este año y planifica vender 200.000 vehículos para el año 2030; o el más reciente joint venture entre Sino Hitech y Toyota para el desarrollo de baterías o cápsulas de fuel, que suponen casi el 50 % del costo de los vehículos de hidrógeno.
Así también, otro hito chino que puso la delantera en la cuestión, fue la primera conversión de un motor de combustión interna de un tren a nivel mundial. La locomotora fue puesta a prueba a fines de 2022 y cuenta con un suministro de 270 kg de hidrógeno (que con una recarga de dos horas puede funcionar de forma continua durante 190 horas). Hasta el momento, el tren bautizado “Ningdong” es el más potente del mundo.
Según las investigaciones de China Railway Rolling Stock Corporation, la corporación china que es la mayor fabricante de vehículos y equipos ferroviarios del país, el costo de la conversión de las locomotoras diésel a basadas en la combustión a partir del hidrógeno es más económico que la construcción o compra de trenes de hidrógeno. Por lo tanto, el Gobierno apuesta, en una primera etapa de su desarrollo, a la conversión de casi la totalidad de sus 7800 locomotoras diésel.
Con base en lo expuesto brevemente, es innegable la importancia de la prospección del mercado. Sin embargo, el desarrollo de la economía verde enfrenta retos para la reorganización y el desarrollo de los distintos sectores del mercado.
El mercado del hidrógeno, en particular, abre una ventana de oportunidad para la atracción de inversión extranjera y el posicionamiento de empresas multinacionales que, ya desde hace unos años, comenzaron a invertir para posicionar sus prototipos en vistas de estandarizar su producción.
El Green Hydrogen Summit en Chile
Entre los días 25 y 26 de octubre se desarrolló en Chile la quinta edición del Green Hydrogen Summit, uno de los más grandes e importantes eventos sobre hidrógeno renovable de acceso abierto en la región latinoamericana.
En la apertura del evento, distintos oradores señalaron la importancia de que los Gobiernos formulen políticas y generen incentivos para profundizar las investigaciones y el desarrollo de la utilización de esta fuente de energía limpia en los sistemas de transporte.
Asimismo, se hizo hincapié en la necesidad de adaptar y preparar la infraestructura y los sistemas logísticos involucrados en su producción para poder garantizar la disponibilidad de su consumo y exportación. Por otra parte, se debatió acerca del desarrollo de los mercados de hidrógeno en Estados Unidos, Europa y China, y se identificó la ventaja comparativa que posee este último país al ser el mayor centro de manufactura de electrolizadores del mundo.
Como reflexión final, es dable advertir que al ser aún un mercado emergente, los grandes jugadores aún no están definidos y se generan muchos interrogantes. Más allá de los efectos deseados y favorables para el desarrollo sustentable y el futuro de la humanidad, los Estados, como actores preeminentes del sistema internacional, orientarán sus acciones de política exterior y “diplomacia verde” en vistas de garantizar y hacer prevalecer sus intereses nacionales por sobre todo posible reto geopolítico y geoeconómico a su seguridad nacional.
*Martín Rafael López pertenece al Centro de Estudios Chinos de la Universidad Nacional de La Plata (Cechino-UNLP).
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