Wang Haoze, una de los tres astronautas a cargo de la misión Shenzhou XIX, es la primera ingeniera de vuelos espaciales de China.
Por Fabián Pizarro
La teniente coronel Wang Haoze, miembro de la tripulación de la misión Shenzhou XIX, es la primera ingeniera de vuelos espaciales de China.
Wang estudió ingeniería energética y de potencia en la Escuela de Energía y Medio Ambiente de la Universidad del Sureste, y luego continuó en un programa de posgrado en ingeniería térmica.
"Creo que soy afortunada al ser parte del programa espacial del país porque no me especialicé en ningún campo relacionado con naves espaciales o ciencias espaciales en mis programas de pregrado y posgrado", destacó la astronauta de 34 años.
A medida que se acercaba su graduación, Wang presentó su currículum al Instituto de Propulsión Aeroespacial de Beijing, el principal organismo de investigación de motores de cohetes de combustible líquido de China y subsidiario de la Academia de Tecnología de Propulsión Aeroespacial.
Después de pasar pruebas y procedimientos de selección, recibió una oferta y comenzó a trabajar en el verano de 2015 como diseñadora de motores.
En el Instituto de Propulsión Aeroespacial de Beijing, Wang formó parte de la investigación y el desarrollo de nuevos modelos de motores de cohetes, nuevo campo en el que nunca había estado involucrada. Enfrentada a nuevos retos y conocimientos, disfrutaba aprendiendo y superando dificultades.
El trabajo duro y la perseverancia siempre dan sus frutos. El primer producto diseñado por Wang fue elogiado por un experto de renombre. Poco a poco, Wang se convirtió en la columna vertebral de su equipo.
Tres años después de trabajar en motores de cohetes, le informaron sobre el inicio del reclutamiento de la tercera generación de astronautas chinos.
"Convocaron a una reunión con todos los empleados que creían que estaban calificados, nos informaron sobre el reclutamiento y nos animaron a intentarlo. Estaba pensando, 'bueno, es genial', pero nunca había imaginado que tendría la oportunidad de convertirme en astronauta", recordó Wang, y agregó que se sentía muy afortunada de estar en el lugar correcto y en el momento de rápidos avances en la industria espacial china.
La selección de la tercera generación de astronautas comenzó en mayo de 2018, e implicó tres rondas de pruebas. Alrededor de 2.500 solicitantes participaron en el proceso que concluyó en septiembre del 2020.
Finalmente, Wang y 17 candidatos masculinos fueron seleccionados y divididos en tres grupos: siete pilotos de naves espaciales, otros siete ingenieros de vuelos espaciales y cuatro especialistas en carga útil de misiones.
En el Centro de Astronautas de China, Wang se ha enfrentado a duros desafíos. Ha pasado momentos difíciles con sus compañeros de equipo en simulacros de supervivencia en desiertos y en el mar, y ha soportado una prueba de privación de sueño de 72 horas.
A pesar de las dificultades, Wang nunca pensó en renunciar.
"Mi mamá solía decirme desde niña que no hay base alguna en la supuesta creencia de que los niños pueden hacer ciertas cosas y las niñas no. Aunque soy la única mujer en la tercera generación de astronautas, y todos aquí son muy amables conmigo, nunca he pensado en obtener privilegios debido a mi género", asegura Wang.
Las dos mujeres astronautas que ya han realizado vuelos espaciales, Liu Yang y Wang Yaping, a menudo comparten con Wang sus experiencias en misiones espaciales, especialmente sus conocimientos sobre las caminatas espaciales.
"Hemos practicado nuestras maniobras tantas veces en tierra. Deseo volar a la estación espacial lo antes posible para ver cómo se ve. Quiero flotar dentro de Tiangong para experimentar la emoción de la ingravidez. También espero poder completar todas y cada una de las tareas con éxito y mejorar nuestro 'hogar espacial'", concluyó Wang.
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